lunes, 28 de septiembre de 2009

Un problema de gases


No es por nada, pero tal vez a algún gobierno amigo -de esos que velan por la democracia y que no dudan en invadir un país, si es preciso, para derrocar al dictador de turno- le interese saber que el gobierno golpista de Micheletti ha ordenado gasear la embajada de Brasil en Tegucigalpa, violando el Derecho Internacional más elemental al atacar a otro país sin existir agresión previa. Si necesitaban alguna excusa para la intervención militar, ya la tienen. Honduras está esperando. Manel Fontdevilla lo dibuja muy bien. Y esta vez, ni siquiera hay que buscar armas de destrucción masiva.

De nada.

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