viernes, 12 de agosto de 2011

Menú de Papa


Ya está aquí, ya llegó y ya se ha hecho público, para solaz de la mayoría de católicos que pueblan este bendito país... ¡el menú definitivo de la Cristiandad! El contingente de comercio y bebercio que habrá de hacer felices los estómagos del Papa y su séquito en su comida con los Cardenales de España (incluido Bono, que es como si lo fuera). He aquí el compendio de proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales llamados a inspirar a esas egregias enzimas y a facilitar la labor evangelizadora a los cuerpos que las acogen.

APERITIVOS
Aceitunas españolas
Tostas de foie
Cucharitas de corazón de alcachofa con holandesa
Tabla de ibéricos y quesos, acompañados de bretzel, pan negro, pan de nueces y chapata
Cerveza
Refrescos
Zumos naturales
Vinos de jerez

PRIMERO
Salmorejo cordobés con virutitas de jamón serrano
Vino blanco Pantosán (Rueda)

SEGUNDO
Solomillo de ternera con compota de cebolla, puré de patata y verduritas salteadas
Vino tinto Rioja Lealtanza Reserva

POSTRE
Helado de limón con salsa de bayas de enebro y gelatina de gin tonic
Vino dulce, denominación de origen Pedro Ximenez.
Café descafeinado o infusiones.
Dulces típicos españoles
Gominolas de cerveza originarias de Fuenllana
Yemas de Santa Teresa
Pestiños madrileños
Minirosquillitas y tejas

De todo esto, lo que más me sulibeya son las 'minirosquillitas' que, además de rosquillitas, son mini. Por aquello de la Humildad y por el evidente afán de economizar, supongo.


1 comentario:

  1. Veo que no se ha dado usted cuenta, D. Miguelo, de lo que se oculta bajo esa denominación tan ñoña. Un buen pastor alemán debe cuidar su lustroso pelaje tomando una dieta equilibrada y con los nutrientes necesarios. También debe contener un aporte de fibra suficiente para que sus deposiciones no ofrezcan un olor desagradable ni ensucien más de lo políticamente correcto. Sí, D. Miguelo, lo ha adivinado. Bajo ese código plagado de prefijos y sufijos se esconde lo más preciado de la alimentación canina: los friskies.

    Lo que no sé es cómo se lo tomarán (literalmente) el resto de comensales. ¿Repartirán boles con el logotipo de la marca? Aunque lo más probable es que declinen amablemente su ingesta, aduciendo plenitud... en todos los sentidos.

    Salud, república y R&R.

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