viernes, 5 de agosto de 2011

La visita de Benedicto XVI


[...] Esta visita, probablemente muy importante en la carrera de Rouco Varela, es un acto de afirmación del poder de la Iglesia católica en España. Reunirá a miles de personas a irradiar al mundo entero esos mensajes intolerantes, fanáticos, a veces incluso delictivos en contra del aborto, de los matrimonios gays, de la muerte digna, de una serie de investigaciones científicas, del control de la natalidad. Y lo más claro que se deduce de los preparativos es que es un gran negocio gestionado por unos clérigos ayunos de todo sincero sentimiento religioso que tienen una idea mercantil de la Iglesia. Tales descarados hombres de negocios (en la Iglesia las mujeres no pintan nada) legitiman su lucrativa gestión con grandilocuentes consideraciones morales que no practican.

Estas buenas gentes pueden ocupar los espacios públicos y contar con subvenciones y todo tipo de ayudas públicas ¿y los indignados no? ¿Por qué?

Palinuro, en su blog.

3 comentarios:

  1. Michel Onfray en su Tratado de Ateología acusa a los creyentes de creer (valga la refunfancia) en "cuentos de hadas". Yo no me creo del todo que él crea que ellos creen en eso. Lo digo, más que nada, porque le creería un poco ingenuo si creyera que tipos con tantísimo poder puedan creer en machangadas semejantes. Tras esta duda nada existencial, lo único que creo es que, en el fondo, tanto sinvergüenza no puede creer de verdad en tanta tontería junta teniendo cosas más terrenales* entre manos con las que joder a la humanidad.

    ¿Por qué le dará tanta importancia el hombre al una cuestión tan intrancescente como el hecho de creer o no creer?

    *(Las cabronadas que comenta el autor del extracto que cuelga usted, D. Miguelo)

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  2. Te gustara...
    http://www.elpais.com/articulo/madrid/Perdon/elpepiespmad/20110805elpmad_3/Tes
    Un abrazo!

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  3. Gracias. Ya lo creo que me gusta, Foncho. De hecho, protagonizará la entrada del lunes próximo. !Un abrazo!

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