domingo, 15 de enero de 2012

Domingo de águilas



Don Henley tiene una voz preciosa que no se altera lo más mínimo cuando, a la vez que canta, toca la batería. Esto último lo hace además con una elegancia envidiable y prueba de ello es el tema que aquí tienen. Si aguzan el oído, podrán comprobar que cada golpe de caja va acompañado de un golpe simultáneo en un tambor grave, de forma que se consigue un sonido dulce y profundo. Y Henley lo ejecuta de esta forma, con determinación espartana, en todos y cada uno de los golpes de la canción, salvo en los escasos redobles cortos y simples que de vez en cuando rompen la monotonía. Esa lánguida monotonía de los atardeceres californianos que perfectamente podrían durar años y que pocos, muy pocos, saben trasladar a las canciones. Feliz domingo a tod@s.

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