sábado, 22 de octubre de 2011

Escenas Celestiales CXXXII



Nadie sabía quién era esa alma que se revolvía como si estuviera poseída por el mismísimo Lucifer. De haber tenido boca, sin duda la tendría rebosando espumarajos. A San Pedro se le veía de lo más alterado, tratando inútilmente de calmar a aquella especie de demonio de Tasmania que se resistía por todos los medios a entrar en el Reino de Dios. En un momento dado, los gruñidos de aquel plasma irreverente se convirtieron en palabras y se le oyó decir: "Preferiría un millón de veces el 'infierno' que este 'cielo' de la descripción popularizada por los cristianos, donde uno está en una puñetera nube, con un arpa de mierda, cantando y alabando por la eternidad a un idiota inseguro de si mismo, bipolar y con carencias afectivas. Mejor el 'infierno', al lado de John Lennon, Cliff Burton, Charles Darwin, Albert Einstein, Marilyn Monroe o Anna Nicole Smith, entre otr@s." El pobre Pedro intentaba convencerle de que Dios no era tan chungo como lo pintaba, pero ni por ésas. Aquella alma desapareció del lugar y nunca más se la volvió a ver.

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