sábado, 10 de marzo de 2012

Escenas Celestiales CLI




Opción A.) Aquel sitio no era país para mujeres, desde siempre relegadas a un segundo plano, y más aún desde el momento y hora en que aquel dios jefe decidió manifestarse como varón y no como hembra, y encima a través de una misteriosa fecundación celular sin origen determinable: al parecer, el simple acto de una maternidad común, en el seno de una mujer común, no se le antojó suficiente ni adecuado. Todas esas almas que en vida habían sido mujeres tenían por delante toda una eternidad de sojuzgamiento, humillación e insultante desprecio. Nada que no hubieran conocido ya de sobra, pero con la novedosa perspectiva de no acabar jamás.

Opción B.) Aquel sitio no permitía el desprecio ni el sojuzgamiento de unas almas sobre otras, ni por razón de sexo ni por cualquier otro motivo. Por eso, las almas que en vida habían sido misóginas en vida (curas, papas, jerifaltes, imanes y machistas en general) no acababan de encontrarse a gusto y tenían por delante una eternidad sin visos de mejoría.

Opción C.) Aquel sitio no reparaba en géneros, las almas eran capaces de olvidar si en vida fueron hombres o mujeres y la felicidad era total y absoluta.

Si la opción C es la correcta (y pareciera que efectivamente lo fuera, aunque la B sería la más justa), entonces cabe preguntarse legítimamente acerca de la mala leche de ese dios jefe y de su forma claramente misógina de hacer las cosas a través de sus iglesias y de sus papas y rabinos en la Tierra.

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